Esto lo aprendí luego de varias frustraciones por no poder cumplir con el itinerario que yo mismo me había planteado antes de empezar el viaje.
Quería aprovechar al máximo el tiempo que estaba en cada destino, pensando que eso significaba ir a la mayor cantidad de lugares posibles en el tiempo que tenía. Pero los viajes están llenos de situaciones imprevistas, en especial cuando lo hacemos por lugares donde la vida transcurre a un ritmo más relajado.
Ya sea porque el bus o avión no salió en el horario que esperabas y perdiste una conexión, porque el clima te impidió hacer lo que imaginabas, porque te enfermaste, o por la situación que sea, no todo saldrá como lo planificaste cuando estabas sentado en tu casa, por eso es esencial ser flexibles, dejando días libres para permitirte cambios de planes.